Hace rato que la sueca Li Lykke Timotej Zachrisson es sensación: el under la adora, el mainstream no para de tirarle flores. Y fácilmente se entiende el por qué.Basta con comenzar con Youth Novels, su gran debut, un tratado de una variación sorprendente, con delicadas piezas indie pop que oscilan desde las baladas de grupos femeninos de los '60, explorando también synth-pop ó soul en piezas minimalistas capaces de crecer hasta dimensiones Spectorianas. Todo esto comandado por la voz agridulce de Lykke Li y la instrumentalización añeja y artesanal característica de un grandioso Björn Yttling (que ya demostró sus dotes como producción en los propios Peter Bjorn & John y los Shout Out Louds), quién además aparece en la coautoría de la mayoría de las canciones.
Su segundo trabajo, Wounded Rhymes, la muestra más introspectiva, con piezas más ambientales y enigmaticas. Lykke Li viajó a Los Angeles para la grabación, y cuenta que se la pasó viendo La Montaña Sagrada de Jodorowski y buscando a David Lynch y Leonard Cohen (sin suerte). La instrumentalización vuelve a estar a cargo de Yttling, (quién vuelve a ser co-autor en las canciones), por lo que volvemos a encontrar esa riqueza en la variación. El ambiente oscuro, los arreglos tribales y la voz etérea de Lykke me hace pensar en una suerte de Fever Ray más convencional.
Quiero advertir también que a pesar de la enorme variación tanto en género como en instrumentos, los dos discos mantienen una idea central, un concepto. Lykke hace un indie-pop extraño, fiel a su extravagancia; ella misma confiesó en varias oportunidades ser 'un bicho raro', y nadie se lo podría negar. Pero mantiene un magnetismo misterioso e irresistible, difícil de explicar. Por lo que les dejo sus geniales trabajos para que lo averiguen por su cuenta...
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